Tengo una tradición personal: cada vez que aparece una nueva versión de OS X, dejo a un lado a mi respetado Chrome para darle una nueva oportunidad a Safari como navegador por defecto. Este año, con Yosemite, los atractivos eran la nueva interfaz y algunas opciones extra que lo hacían ganar algo de terreno frente a la competencia.
Hasta ahora, las versiones anteriores de Safari siempre han caído a los pocos días. Y este año parecía que Safari 8 podía tener un hueco en mi corazón, pero finalmente no ha podido ser así. Aunque yo soy un caso especial, y desde luego Safari ha dado un salto cualitativo desde su versión anterior. Veámoslo con más detalle.
Lo bueno: nueva interfaz y iCloud
Ante todo, lo que más atrae de Safari es su interfaz. Se ha simplificado muchísimo, y le hacía falta después de demasiados años usando un diseño que no se había tocado en años (recordemos que se intentaron poner las pestañas superiores en una beta antigua y Apple acabó revirtiéndolo).
Incluso teniendo la barra de favoritos presente, Safari 8 es discreto y coloca el contenido de la web que visitamos en primer plano. Quizás la semitransparencia de esas webs bajo la barra de título os puede llegar a distraer, pero recordad que eso se puede quitar en Preferencias del Sistema > Accesibilidad > Reducir transparencia.
Mención especial también a las posibilidades de sincronización: datos como los favoritos y las pestañas abiertas de Safari se sincronizan sin problemas a través de iCloud por todos nuestros dispositivos de Apple.
Lo malo: no es el mejor navegador para los más exigentes
Lamentablemente tengo que decir que Safari sigue haciendo mella en la experiencia de usuario con su rendimiento. Sí, su capacidad para renderizar Javascript puede ser muy superior a la de sus competidores. Sí, su rendimiento es muy rápido en cuanto empiezas a usarlo. Pero en cuanto llevas varias horas utilizándolo y has abierto varias docenas de pestañas, empieza a notarse cierta lentitud.
Ignoro lo que puede causar esto. Quizás puede ser una caché demasiado grande, o lo que más me temo: al ser una persona que trabaja todo el día con el navegador abierto y que abre y cierra docenas (y me atrevo a decir cientos) de pestañas al día, puede que el rendimiento de Safari acabe notándolo al cabo de un rato.
Eso me lleva a decir que quizás esto sea "malo" entre comillas. Quizás un uso más general y esporádico de Safari hace que su rendimiento sea incluso superior a Chrome. Pero si somos de los que le damos caña al navegador, es posible que os pase lo que a mí: que incluso para cerrar una pestaña Safari acabe tardando hasta 3 segundos de reloj. No es precisamente la mejor experiencia de usuario.
Más cosas: las posibilidades de personalización se siguen quedando cortas frente a las de otros navegadores. Seguimos sin atajos de teclado para las búsquedas. Seguimos sin pestañas fijas en el navegador. Seguimos sin atajos de teclado para navegar entre las pestañas. Son cosas que un usuario novato puede no necesitar, pero sí que alguien más experimentado echará de menos.
¿Entonces qué navegador es mejor?
Es la pregunta del millón de dólares, y no puedo decidir por vosotros. Vuestras preferencias y manías son muy diferentes a las mías. Pero puedo resumiros mi conclusión en dos frases: Si eres un usuario básico, Safari es perfecto tanto en Yosemite como en Mavericks con la versión 7.1. Si llevas años navegando y te gusta ver como las pestañas bailan a montones por la pantalla de tu ordenador... me temo que Chrome (o Firefox, según veáis) sigue siendo una solución más preparada.
Esta vez Safari ha durado dos semanas como navegador principal en mis ordenadores, lo cual es un récord. Pero de momento Apple sigue ofreciendo un navegador que, como mucho, es la solución para el usuario general. Y el usuario general está muy acostumbrado a otras cosas.
En Applesfera | Cómo abrir un grupo entero de favoritos de Safari en pestañas... con un sólo click
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